domingo, 25 de septiembre de 2011

DATOS GENERALES

El Puente de Boyacá está ubicado sobre el costado derecho de la carretera a 110 kilómetros de Bogotá y a 14

kilómetros de Tunja. La mayor parte del tiempo hace frío debido a su proximidad con ésta ciudad, en donde predominan los vientos helados. Tiene una altura de 2.820 metros sobre el nivel del mar y se encuentra rodeado de montañas y de monumentos históricos, cada uno está disperso por la zona, quedando el Puente en la parte más baja del campo.

En una pequeña caseta poco visible desde la carretera, pero cerca a nuestro monumento histórico, exactamente al frente del parqueadero, se encuentra un Informador Turístico dispuesto a relatar de la forma más detallada todo acerca de aquél lugar.

HISTORIA

El Puente de Boyacá no es sólo una pequeña estructura arquitectónica que atraviesa un riachuelo, es la pieza de un inmenso campo conformado por monumentos, cerros y sobretodo hechos históricos que concluyeron con la victoria patriota.

Para entender lo que representa este lugar es necesario remontarse al 7 de Agosto de 1819, cuando cerca de Tunja sobre el río Teatinos, el ejército de los Realistas liderado por el español José María Barreiro y el ejército Patriota comandado por el general Simón Bolívar, dieron inicio a la histórica Batalla de Boyacá, hecho que desencadenó la independencia de la Nueva Granada. Sí, ese tranquilo y pacífico lugar que irradia cierta paz, fue en aquella época el escenario de una de las más importantes batallas de Colombia, en definitiva, un campo de guerra.

Todo comenzó el cuatro de agosto de 1819 cuando Simón Bolívar después de la batalla del Pantano de Vargas en Paipa, hizo una hábil maniobra con sus tropas en la noche, tomándose a Tunja y cortándole paso al avance del ejército del español Juan María Barreiro, el cual pretendía hacer conexión con los refuerzos de Santa Fe (Bogotá). El comandante realista, al verse sorprendido, se dirigió a la capital por el camino de Motavita, pero Bolívar salió a impedirle su marcha en el Puente de Boyacá. Allí, a las dos de la tarde, se encontraron los dos ejércitos.

Fue una lucha que se prolongó por dos horas y dio la victoria a las fuerzas del Libertador. Los realistas, al verse vencidos, cedieron en el ataque y emprendieron la retirada. En poder del ejército patriota cayó la mayoría de los integrantes de la comandancia realista, alrededor de 1.600 soldados con sus armas y todo el material de guerra. Murieron 200 soldados realistas y 13 patriotas. Entre los oficiales que pudieron escapar, dos de ellos corrieron a llevar la noticia a Santa Fe.

Desde ese momento el Puente de Boyacá, ese lugar frío e inmensamente pacífico, se convirtió en un lugar histórico, un monumento que aunque pequeño en dimensión es diariamente visitado por cientos de turistas, que lo cruzan con el corazón lleno de patriotismo o simplemente por curiosidad.

ATRACTIVOS TURÍSTICOSEl extenso campo que rodea al Puente de Boyacá posee una serie de monumentos conmemorativos a los integrantes de las tropas de los Patriotas y por supuesto a su comandante, el que fue posterior a la Batalla, el primer Presidente de la República de Colombia: Simón Bolívar.

Monumento al Libertador Simón Bolívar:En la parte más alta del lugar se encuentra esta grandiosa obra, también llamada "Monumento Von Miller". Posee 18 metros de altura y en su remate aparece la figura del Libertador. Éste se halla sobre un bloque a hombros de cinco mujeres, que simbolizan las cinco repúblicas bolivarianas y empuña el pabellón Nacional apretándolo con el corazón.

Estatua del General Francisco de Paula Santander: Bajando la colina se encuentra esta estatua, ubicada en la Plaza de Banderas cerca del histórico Puente de Boyacá, al igual que el Obelisco, en homenaje a los libertadores.

El Arco del Triunfo: Es sin duda alguna otro de los bellos monumentos que se pueden encontrar en el Puente de Boyacá. Constituido en homenaje a todos los oficiales y soldados que participaron en la Campaña Libertadora de 1819, en su parte superior se encuentran ubicados tres rostros que simbolizan las tres razas que representan al pueblo colombiano: la indígena, la española y la africana. En éste monumento se encuentra la totalidad de la letra del Himno Nacional.

La llama de la libertad: Inicialmente estaba en el Arco del Triunfo y ahora se encuentra en la Plaza de Banderas. Es uno de los monumentos más importantes y más llamativos del Puente de Boyacá, por el fuego que arde de manera perpetúa, pese a la hostilidad del clima.

Para atender las necesidades del turismo que se genera en el lugar, se ha construido más recientemente recintos para convenciones, exposiciones y encuentros, así como también un bello salón con vista panorámica donde transitoriamente ha funcionado un restaurante, “Restaurante del Puente de Boyacá” que guarda los lineamientos del lugar. Entre las construcciones turísticas que rodean el Puente de Boyacá, están:

El Ciclorama: Una construcción circular en donde anteriormente se proyectaban filminas alusivas a la campaña libertadora. Actualmente, el gobierno de Boyacá está realizando toda la gestión para recuperar éste lugar para el servicio del turismo nacional e internacional. Este se ubica al frente del parqueadero público del Puente de Boyacá.

La Capilla: Allí acuden generalmente todos los feligreses de la región. Se realizan misas de 12:00 del día, 5:00, 6:00 y 7:00 de la noche. Se encuentra en la parte alta del lugar, es la primera construcción que se observa desde la carretera, en la vía Bogotá – Tunja.

domingo, 18 de septiembre de 2011




Casa del Escribano "Don Juan de Vargas"


Una de las bellas mansiones de Tunja, con supervivencias hispánicas es la Casa del Escribano Don Juan de Vargas, que es sede del Museo Colonial, y una de las más visitadas por el Turismo Internacional.
Don Juan de Vargas llegó al Nuevo Reino de Granada con su padre Don Diego de Vargas. En el año 1585 inició su oficio de Escribano de Tunja, hasta su muerte en el año 1620.

Con el Cronista Juan de Castellanos influyó decisivamente en el proceso cultural de la ciudad en los finales del Siglo XVI y primeros del XVII. Su casa fue albergue de numerosos visitantes ilustres que llegaban a Tunja de diversa procedencia.






La construcción de La Casa del Escribano se realizó en los finales del Siglo XVI. Según la descripción arquitectónica de Santiago Sebastián:

"Esta casa es la más interesante y rica de la ciudad, porque une a su valor arquitectónico el pictórico. Data el último cuarto del Siglo XVI. Tiene el ingreso a un lado y patio claustreado en un solo costado; la galería del primer piso presenta arcos de medio punto ligeramente peraltados, y la del segundo es adintelada. Las bases de las columnas inferiores muestran todavía el recuerdo del gótico isabelino en las típicas bolas abulenses, que vuelven a repetirse en los esquemáticos capiteles, alternando con rosetas; sus capiteles, esquemáticos, bárbaros y caprichosos, nos recuerdan algunas improvisaciones de los canteros prerrománticos. Las columnas de la galería superior apoyan sus bases áticas en plintos cerrados; los capiteles pretenden ser compuestos, pero son muy toscos; parecen tener el vaso estriado, con volutas muy rudimentarias". (Álbum de Arte Colonial de Tunja, Santiago Sebastián).

Una de las bellezas de la Casa de Don Juan de Vargas es el jardín de estilo andaluz, con su fuente en el centro y el ángulo con la escalera.


En los salones del piso superior se encuentran las decoraciones manierista s de las techumbres, en la misma forma que en las Casas del Fundador y del Cronista.

En los murales de las techumbres encontramos las figuras del rinoceronte, el elefante, alegorías, figuras mitológicas, escudos, animales y anagramas cristianos que se distribuyen por el harnuelo y las jaldetas.

Las diosas Diana y Minerva y el Dios Júpiter están rodeados de grutescos y guirnaldas. Estas figuras son expresiones del «Manierismo» con grabados copiados fiel artista holandés Leonard Thiry, Alberto Durero y otros Cliché sirvieron de modelos para los murales. Aparecen en el artesonado el escudo del Escribano Don Juan de Vargas, que se describe así:
En el primer cuartel, con banda de gules, siete estrellas de plata y tres cabezas de sierpe. En el segundo cuartel, una cabeza de jabalí con pendón, saliendo de una caldera. El tercer cuartel es borroso, y el cuarto, con banda de gules, león rampante y tres bandas de oro. Por timbre un yelmo. El monograma de Cristo ocupa lugar principal.

En el Museo de la Casa del Escribano se encuentra una exhibición permanente con diferentes piezas, representativas de la producción artística y artesanal de los Siglos XVI - XIX, con esculturas, pinturas de caballete, mobiliario, cerámica y porcelana y otros. Se conserva la cocina colonial, con su gran chimenea cónica y utensilios domésticos.

Esta casa de supervivencias hispánicas ha sido restaurada varias veces: En el año 1952, con la intervención del Maestro Luís Alberto Acuña y artistas españoles; posteriormente en los años 1980 y 1987. Actualmente es administrada por el Instituto de Cultura de Boyacá.