viernes, 21 de octubre de 2011

Pila del Mono

Pila del Mono

La cúpula y la torre de la Catedral se asoman discretas, mientras una estrella ilumina el rostro del dios del silencio.

Los Cojines del Zaque

Los Cojines del Zaque
Uno de los adoratorios solares de los Muiscas o Chibchas en el Altiplano Cundiboyacense fueron los Cojines del Zaque o de Tunja, los mismos que los españoles llamaron Cojines del Diablo por su relación con el ritual religioso.
Este monumento indígena se localiza en el Occidente de la ciudad de Tunja, al iniciarse el Alto de San Lázaro o "Loma de los Ahorcados" y cerca de la vía que va a Villa de Leyva.

Los Cojines del Zaque son dos piedras en forma circular, talladas en una roca de gran dimensión por los indios Chibchas.

Este monumento era un adoratorio solar en donde todos los días en las horas de la madrugada, el Zaque o Cacique de Hunza junto con los jeques o sacerdotes Muiscas y numerosos indígenas se concentraban para adorar al SOL el astro rey y esperar su salida por el Oriente con gran veneración.

Desde allí, Los Muiscas observaban los astros, se orientaban en relación con el sol e interpretaban el orden en la naturaleza con especial interés hacia las siembras
y las cosechas.

El mito de los dos caciques

Según las creencias indígenas de estas tierras en el principio del mundo todo se encontraba en completa oscuridad y solamente existían dos caciques: El de Sogamoso o Iraka y su sobrino el Cacique Ramiriquí.

Para poblar la tierra determinaron hacer todas las personas: a los hombres de tierra amarilla y a las mujeres de hierbas y tallos huecos y verdes.

Como todo era oscuridad el cacique de Sogamoso ordenó a su sobrino que subiera al cielo y se convirtiera en SOL para alumbrar al mundo, lo cual hizo. Sin embargo como esa luz no bastaba para alumbrar la noche el mismo cacique Sogamoso se convirtió en LUNA y en su conmemoración solar y lunar, los Muiscas celebran anualmente la Fiesta del Huán.

El rito solar en los cojines

Todas las madrugadas el Zaque de Hunza era llevado a los Cojines en lujosas andas. rodeado de los Jeques e Indígenas y de numerosos músicos que amenizaban el recorrido con música y ritmos al son de flautas, fotutos, pitos, trompetas, caracoles y tambores.

Desde el cercado de Quimuinza en donde se encontraba el gran bohío o Palacio del Zaque (hoy Convento de San Agustín y Parque Pinzón), seguía la procesión religiosa para dar la bienvenida al astro rey utilizando una gran calzada de piedra o avenida Que terminaba precisamente en los Cojines del Zaque.

Cuando salía el SOL en el firmamento por el Oriente en línea hacia Ramiriquí el Zaque de Hunza se arrodillaba en las dos piedras sagradas y oraba en común unión con los sacerdotes muiscas y con las gentes devotas de la divinidad solar.

Los aborígenes oraban, cantaban. danzaban y en algunos días especiales hacían los sacrificios de Los Moxas, que eran niños de 12 años consagrados al sol, a quienes se les sacaba el corazón como una ofrenda sagrada a Xué o Zuhé el astro rey; con su sangre se rociaba n las piedras sagradas de los Cojines del Zaque. La selección Que se hacía entre los niños para ser consagrados como "moxas" se convirtió en un sello de gran dignidad y de apetencia de los candidatos.

La fiesta de las siembras y las cosechas

En los Cojines del Zaque y en las piedras pintadas Tras del Alto, Los Muiscas celebraban las fiestas rituales de las siembras en marzo y de las cosechas en septiembre y hacían ritos especiales de la fertilidad para atraer la bendición de los dioses.

En estas fiestas los indígenas bailaban en grupo, asidos todos de las manos, llevando el compás con los pies y cantando al son de flautas y fotutos. Tenían en medio las múcuras de chicha de donde algunas mujeres que estaban dentro del corro, no se descuidaban de darles de beber.

El Pozo de Hunzahúa (El Pozo de Donato)

El Pozo de Hunzahúa (El Pozo de Donato)
Uno de los lugares sagrados de los Chibchas en Tunja y que hoy es supervivencia de nuestro pueblo aborigen, es el POZO DE HUNZAHUA, llamado también POZO DE DONATO, nombre que recibió en la época colonial como recuerdo del fracaso del intento de desagüe que hizo el capitán español Jerónimo Donato de Rojas en el siglo XVII.
Este lugar fue sagrado para los Muiscas por el culto que le rendían a las lagunas; por haber surgido mitológicamente de los amores incestuosos de Hunzahúa, el primer Zaque de Tunja, con su hermana; por haberse construido en sus tierras aledañas el Templo de Goranchacha en honor al Sol; y un lugar histórico que recuerda el tesoro de Quemuenchatocha en la conquista hispánica de Tunja.

Es una pequeña laguna con fuentes freáticas, cuyas aguas corren profundas en el subsuelo de Tunja y cuyos orígenes primigenios se pierden en el tiempo y en las supervivencias míticas y arqueológicas. Se encuentra localizada hacia el norte de la ciudad de Tunja, en los predios de la Universidad.

El Mito de Hunzahúa y el nacimiento del Pozo de Donato

De acuerdo con las tradiciones muiscas. el primer Zaque de Tunja fue HUNZAHÚA, quien se distinguió por su gobierno fuerte, el cual fue temido por ros súbditos.

Cuenta la tradición mitológica que Hunzahúa se enamoró de su hermana, haciéndose caso omiso del incesto, que era prohibido entre los Chibchas. Buscando algodón para las telas y arcilla para la cerámica, los hermanos viajaron a Chipatae en donde en arrebato de amor incestuoso se hicieron esposos.

La cacica madre al tener conocimiento del grave pecado de los dos hermanos, quiso castigar a su hija con la "sana" o sea el palo para revolver la chicha, pero la hija enamorada dio vueltas en torno a la vasija con gran facilidad.

En un arranque de ira, la cacica madre lanzó la sana y rompió la múcura llena de chicha, la cual se fue regando abundantemente para formar un gran pozo, el que es llamado actualmente en Tunja, "Pozo de Hunzahúa".

Cuando Hunzahúa bajó de los Cojines del Zaque, después de su ceremonia matinal en homenaje al Sol, encontró en su cercado la triste realidad de su pecado y en sus alrededores una muchedumbre que protestaba contra los incestuosos hermanos.

Los hermanos enamorados decidieron dejar definitivamente a Tunja y no sabiendo por dónde mejor guiarse, Hunzahúa arrojó una tiradera al aire que les señaló el camino hasta Susa. Allí la hermana incestuosa tuvo un niño que se convirtió en piedra y fue dejado en una cueva.

Siguiendo la guía de la tiradera llegaron a las tierras de Bacatá y pasaron por debajo del Salto del Tequendama, en donde cansados y desilusionados determinaron convertirse en dos piedras que hoy están en la mitad del río.

El Tesoro de Quemuenchatocha

El Pozo de Hunzahúa es recordado también, como el lugar en donde el Zaque Quemuenchatocha escondió sus tesoros, ocultándose del afán de oro de los conquistadores españoles.

El Zaque mandó echar su gran tesoro de oro y esmeraldas en el Pozo de Hunzahúa, llevados en petacas de mano en mano de centenares de aborígenes, desde el cercado de Quimuinza (actualmente Convento de San Agustín), hasta la laguna sagrada.

De acuerdo con las tradiciones indígenas, la mayor parte del tesoro quedó en el fondo de la laguna, que hidrográfica y geológicamente es una fuente freática.

En busca del tesoro de Quemuenchatocha se hicieron varios intentos de desecamiento de la laguna. Uno de ellos lo hizo don Jerónimo Donato de Rojas en el siglo XVII y cuentan las tradiciones que gastó consiaerables sumas de dinero y puso muchos obreros sin alcanzar ningún resultado favorable; los tunjanos le dieron el nombre de POZO DE DONATO.

Dicen los tunjanos Que cuando una deuda no se paga en Tunja, "Cayó al POZO DE DONATO", es decir, se perdió para siempre.

También narra la leyenda tunjana que en el fondo del Pozo hay una larga viga de oro tendida horizontalmente por debajo de la tierra desde el lago hasta la Catearal de Tunja; si se dan fuertes golpes con un pesado martillo sobre la viga, al momento tiembla en la Catedral.